Esta es una pregunta que nos hacemos habitualmente y siempre suele coincidir cuando nos vemos el rostro en el espejo y vemos que tenemos la piel seca, áspera, con puntos negros, sin brillo ó sencillamente poco hidratada.
Nuestra piel y principalmente la de nuestro rostro (porque es la zona visible y que no está tapada por la ropa) está sometida diariamente a una serie de factores entre las que nos encontramos:
- La contaminación ambiental que hace que en nuestra piel se vayan depositando sustancias/toxinas, que pueden facilitar la generación de alguna enfermedad tópica como una dermatitis.
- Por otro lado, otro factor muy importante que afecta a nuestra piel es el Sol, ya que el sol a la vez que beneficioso (activa la circulación, fortalece los huesos etc…) también es muy perjudicial si no se toman los debidos cuidados, como la utilización de cremas con protección o pantallas solares. El sol en nuestra piel causa un envejecimiento prematuro, pérdida de hidratación, manchas solares e incluso puede llegar a terminar en un cáncer.
- La alimentación. La ingesta excesiva de determinados alimentos grasos y picantes terminan afectando a nuestra piel, generando sebo y tamponando los poros ó simplemente generando granos.
- El tabaco influye drásticamente en el estado de nuestra piel, ya que produce una degeneración del colágeno, lo que se termina traduciendo en una pérdida de hidratación, elasticidad y luminosidad de la piel.
Con la higiene facial lo que hacemos es limpiar la superficie de la piel de todas esas toxinas y grasas que se van generando y depositando en nuestra piel y van haciendo que se tapen los poros impidiendo que nuestra piel respire, “se oxigene”.
En la Clinica Graziella Moraes este proceso de limpieza lo hacemos en varios pasos:
- Empezamos antes de nada limpiando el rostro con una leche limpiadora para quitar suciedad, restos de cremas y maquillaje.
- A continuación proseguimos con una exfoliación de la piel, que elimina todas esas sustancias y células muertas depositadas en nuestra piel y permitiendo así una oxigenación de la piel.
- Después aplicamos con una radiofrecuencia unos minutos de diatermia (calor) para abrir los poros y favorecer la extracción posterior para que sea mucho más efectiva.
- Después de la exfoliación realizamos una extracción manual, para eliminar esas sustancias que están depositadas más profundas.
- Posteriormente a la extracción aplicamos una ampolla o tónico centrándonos en este momento en el caso en particular del paciente (porque no todas las pieles son iguales) y en el problema o defecto (piel grasa, piel seca) que tenga nuestro paciente. En algunos casos aplicaremos Vitaminas y en otros una ampolla regenerante etc…
- Después pondremos una mascarilla facial durante aproximadamente 10 minutos para calmar la piel después del trabajo que hemos realizado sobre ella y para cerrar los poros.
- Y por último le aplicaremos al paciente una pantalla protectora para que después del tratamiento pueda salir a la calle y su piel esté protegida frente a la exposición solar y demás contaminantes.
Con este tratamiento lo que estamos buscando es restaurar nuestro rostro, para que vuelva lucir un brillo, hidratación y luminosidad que se estaba perdiendo y protegerlo, para que los factores anteriormente descritos no nos afecten de igual manera.
Y además si vamos a realizar cualquier otro tratamiento facial, también es conveniente realizar una limpieza facial antes, para potenciar aún más el tratamiento que vayamos a realizar, ya que los productos que pongamos o apliquemos tendrán un mayor impacto.
Con todo esto, creo que la respuesta a la pregunta que nos ha traído hasta aquí y que nos hacemos muchas veces frente al espejo es “SI” que debería hacerme una higiene facial.
En la Clínica Graziella Moraes te realizamos una primera consulta en la que haremos un diagnóstico completo, para determinar cuál es el tipo de tratamiento que mejor se ajusta a tus necesidades.
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