Con los tratamientos para las manchas actuamos sobre las alteraciones superficiales del tejido cutáneo. De esta forma conseguimos unificar el tono de la piel, le aportamos luminosidad y juventud.
En general, las manchas suelen aparecer en el rostro, cuello, escote y manos, pero también pueden aparecer en brazos y espalda. No existe una edad a la que aparezcan, sin embargo, son más comunes pasados los 40 tanto en hombres como mujeres.
Con los tratamientos que te proponemos son muchos los beneficios que podemos conseguir:
- Atenuación de manchas pigmentadas y vasculares
- Corrección de irregularidades y otras imperfecciones
- Eliminación de arrugas finas y marcas de acné
- Piel de coloración más homogénea
- Piel más joven, lisa, luminosa y tersa
Tratamientos para las manchas vasculares y pigmentadas
Eliminación de cuperosis, rosácea, rojeces, lentigos y melasmas
Luz Pulsada Intensa (IPL)
Generación de calor para reducir drásticamente las rojeces de la piel y los síntomas de la rosácea
Peelings faciales
Renovación de la piel para conseguir luminosidad e hidratación
¿Cuáles son las causas habituales de la aparición de manchas?
Son diversas, la más habitual es la exposición al sol de manera reiterada y muchas veces sin protección. Pero hay muchos otros factores que también influyen: el consumo de tabaco, la mala alimentación, cambios hormonales o traumas, lesiones de la piel o la propia edad.
Existen 2 tipos de lesiones: vasculares y pigmentadas.
Manchas vasculares
Las manchas vasculares se producen por un agrupamiento de vasos sanguíneos, suelen mostrarse como manchas blanquecinas, violáceas o cómo rojeces de la piel. Las más comunes son la rosácea y las manchas rojas o cuperosis.
Los tratamientos para las manchas vasculares conseguirán disminuir la rojez de la mancha y, aunque no se podrá eliminar por completo, se disimulará dándole uniformidad al tono de piel.
Cuperosis o manchas rojas
Son manchas comunes en mujeres de piel clara y delicada. Se trata de diminutos vasos sanguíneos que ante cambios bruscos de temperatura se dilatan hasta derivar en pequeños granitos o imperfecciones. Lo habitual es que aparezcan en la nariz, pómulos y mejillas.
Rosácea
Es una afección común de la piel que causa enrojecimiento y vasos sanguíneos visibles en la cara. También puede producir pequeñas protuberancias rojas llenas de pus.
Existen otras lesiones vasculares benignas como manchas en vino de Oporto, telangiectasias, hemangiomas, eritema, poiquilodermia de Civatte y muchas otras que también se pueden tratar.
Manchas pigmentadas
Las manchas pigmentadas son las más comunes y están causadas por un exceso de melanina en la piel, estas manchas pueden ser abultadas o planas y mostrar distintos tonos de marrón. Las más comunes son los léntigos y el melasma.
Este tipo de manchas nunca se elimina del todo, pero se puede tratar hasta casi hacerla imperceptible. Gracias a los peelings, al láser o a la combinación de ambos conseguimos eliminar el exceso de melanina, clareándolas y obteniendo un tono de piel uniforme.
Lentigos
Tienen un tono marrón que con el paso del tiempo puede ir cambiando de color, aumentando su tamaño e incluso su cantidad.
Son una manifestación del daño solar crónico (se acumula a lo largo de la vida) pero también pueden aparecer a causa del envejecimiento de la piel tanto en la frente, escote, antebrazos, dorso de las manos, hombros y espalda. Son manchas superficiales que se eliminan fácilmente con láser.
Melasma
Son manchas de origen hormonal, por lo que afectan con mayor frecuencia a mujeres embarazadas, las que toman anticonceptivos o en la etapa de la menopausia, pues los cambios hormonales hacen que su piel se vuelva más sensible a la acción del sol.
Es menos frecuente pero este tipo de manchas puede también aparecer en hombres. Su aspecto es como el de manchas de café y aparecen en zonas prominentes como frente, pómulos o labio superior. Se encuentran en las capas más profundas de la piel, por lo que además del láser muchas veces requieren de peelings despigmentantes.
Existen otro tipo de lesiones pigmentadas menos comunes como las efélides (pecas), queratosis seborreica u otras discromías.