Se demuestra que la medicina estética mejora la salud mental y el bienestar psicológico de los pacientes.
Según datos de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), más del 35% de la población española es usuaria de medicina estética y la pandemia aumentó la solicitud de tratamientos en un 30%. Debido a la creciente demanda, los avances tecnológicos y sanitarios en este ámbito están promoviendo la realización de procedimientos menos invasivos y los resultados más naturales.